miércoles, 17 de septiembre de 2008

Taj Mahal




El Taj Mahal (hindi : ताज महल, urdu : تاج محل; pronunciado /tɑʒ mə'hɑl/) es un complejo de edificios construido entre 1631 y 1654 en la ciudad de Agra, estado de Uttar Pradesh, India, a orillas del río Yamuna, por el emperador musulmán Sha Jahan de la dinastía mogol. El imponente conjunto se erigió en honor de su esposa favorita, Arjumand Bano Begum — más conocida como Mumtaz Mahal — quien murió dando a luz a su 14º hijo, y se estima que la construcción demandó el esfuerzo de unos 20.000 obreros.
El Taj Mahal es considerado el más bello ejemplo de arquitectura mogola, estilo que combina elementos de la arquitectura islámica,[1] persa,[2] india e incluso turca.[3] El monumento ha logrado especial notoriedad por el carácter romántico de su inspiración. Aunque el mausoleo cubierto por la cúpula de mármol blanco es la parte más conocida, el Taj Mahal es un conjunto de edificios integrados.
Actualmente es un importante destino turístico de la India. En 1983, fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. El Taj Mahal fue nombrado una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.




Origen e inspiración


El emperador Sha Jahan fue un prolífico mecenas, con recursos prácticamente ilimitados. Bajo su tutela se construyeron los palacios y jardines de Shalimar en Lahore, también en honor de su esposa.
Mumtaz Mahal dio a su esposo catorce hijos, pero falleció en el último parto y el emperador, desconsolado, inició casi enseguida la construcción del Taj como ofrenda póstuma. Todos los detalles del edificio muestran su naturaleza romántica, y el conjunto hace alarde de una estética espléndida. Tras una visita realizada en 1663, el explorador francés François Bernier realizó el siguiente retrato del Taj Mahal y de los motivos del emperador para construirlo:
«(...) Completaré esta carta con una descripción de los dos maravillosos mausoleos que otorgan total superioridad a Agra sobre Delhi. Uno de ellos fue erigido por Jehan-guyre (sic) en honor de su padre Ekbar, y Chah-Jehan levantó el otro, de extraordinaria y celebrada belleza, en memoria de su esposa Tage Mehale, de quien se dice que su esposo estaba tan enamorado que le fue fiel toda su vida y a su muerte quedó tan afectado que no tardó mucho en seguirla a la tumba».[4]

Síntesis histórica

A poco de terminar la obra en 1657, Sha Jahan cayó enfermo y su hijo Sha Shuja se declaró a sí mismo emperador en Bengala, mientras Murad, con el apoyo de su hermano Aurangzeb, hacía lo mismo en Gujarat. Cuando Sha Jahan, muy enfermo ya, se rindió a los ataques de sus hijos, Aurangzeb le permitió seguir con vida en arresto domiciliario que cumplió en el cercano fuerte de Agra. La leyenda cuenta que pasó el resto de sus días mirando por la ventana al Taj Mahal y, después de su muerte en 1666, Aurangzeb lo sepultó en el mausoleo al lado de su esposa, generando la única ruptura de la perfecta simetría del conjunto.
A finales del siglo XIX varios sectores del Taj Mahal estaban muy deteriorados por falta de mantenimiento y durante la época de la rebelión hindú (1857) fue dañado por soldados británicos, cipayos y oficiales del gobierno, quienes arrancaban piedras semipreciosas y lapislázuli de sus muros.
En 1908 se completó la restauración ordenada por el virrey británico, Lord Curzon, quien también encargó la gran araña de la cámara interior según el modelo de una similar que se encontraba en una mezquita de El Cairo. Curzon hizo remodelar también los jardines al estilo inglés que todavía hoy se conservan.
Durante el siglo XX mejoró el cuidado del monumento; en 1942 el gobierno construyó un andamio gigantesco cubriendo la cúpula, en previsión de un ataque aéreo de la Luftwaffe y, posteriormente, de la fuerza aérea japonesa. Esta protección se volvió a erigir durante las guerras entre India y Pakistán de 1965 y 1971.
Las amenazas más recientes provienen de la contaminación ambiental sobre las riberas del río Yamuna y de la lluvia ácida causada por la refinería de Mathura. Ambos problemas son objeto de varios recursos ante la Corte Suprema de Justicia de la India.
Recientemente, sectores sunitas reclamaron la propiedad del edificio, basándose en que se trata de la tumba de una mujer desposada con un miembro de ese culto islámico. El Gobierno indio ha rechazado la reclamación considerándola sin fundamento, ya que el Taj Mahal es propiedad de la nación entera.


Petra



Petra es un importante enclave arqueológico en Jordania, y la capital del antiguo reino nabateo. El nombre de Petra significa piedra en griego.
El asentamiento de Petra se localiza en un valle angosto, al este del valle de la Aravá que se extiende desde el Mar Muerto hasta el Golfo de Aqaba. Los restos más célebres de Petra son sin duda sus construcciones labradas en la misma roca del valle; en particular, los edificios conocidos como la Khazneh ( la Tesorería ) y el Deir ( el Monasterio ).
Fundada en la antigüedad hacia el final de siglo VII a. de C. por los edomitas, fue ocupada en el siglo VI a. de C. por los nabateos que la hicieron prosperar gracias a su situación en la ruta de las caravanas que llevaban el incienso, las especias y otros productos de lujo entre Egipto, Siria, Arabia y el sur del Mediterráneo.
Hacia el siglo VIII, el cambio de las rutas comerciales y los terremotos sufridos, condujeron al abandono de la ciudad por sus habitantes. Cayó en el olvido en la era moderna, y el lugar fue redescubierto para el mundo occidental por un explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt en 1812.
Numerosos edificios cuyas fachadas están directamente esculpidas en la roca, forman un conjunto monumental único que a partir del 6 de diciembre de 1985, está inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. La zona que rodea el lugar es también, desde 1993, Parque Nacional arqueológico.




Petra se encuentra a mitad de camino entre el Golfo de Aqaba y el Mar Muerto a una altitud de 800 a 1396 metros sobre el nivel del mar en un valle de la región montañosa de Edom, al este del valle del Arabah. Hoy, Petra está alrededor de 200 km al sur de la capital jordana Amman, aproximadamente a 3 horas en coche
La situación de Petra, escondida entre rocas abruptas y empinadas tiene un suministro seguro de agua, lo que hace que sea un lugar propicio para el desarrollo de una próspera ciudad. El lugar es accesible sólo por un estrecho sendero de montaña por el noroeste, o al este a través de un cañón de aproximadamente 1,5 km de longitud y hasta 200 metros de altura, el Sîq, el acceso principal, que en su lugar más estrecho, mide apenas dos metros de ancho.
La presencia de agua y la seguridad proporcionada por el emplazamiento de Petra hizo de ella una parada natural en la intersección de varias rutas de caravanas que conectaban Egipto, Siria y Arabia con el sur del Mediterráneo, cargadas sobre todo con productos de lujo (especias y seda de la India, de marfil de África, perlas del Mar Rojo e incienso del sur de Arabia). La resina de "árbol del incienso" ( Boswellia ) era codiciada en todo el mundo antiguo como una ofrenda religiosa especialmente valiosa, y también como medicamento.
La actividad comercial generada por las caravanas y las tasas percibidas producían importantes beneficios para los nabateos. Como resultado, la ciudad albergó desde el siglo V a. de C. un importante mercado hasta el siglo tercero.


Agricultura y Ganadería

Cuando la ciudad estaba en pleno auge, el agua se utilizaba principalmente para el consumo de personas y ganado y, en una fase posterior, para regar jardines.
Los cereales, como la cebada o el trigo, los árboles frutales y las vides probablemente se cultivaron en Petra. Las prensas que se encontraron excavadas en la roca, datan de la época de la dominación romana que dio al vino gran importancia.
Hoy en día, las técnicas agrícolas que utilizaron son visibles por todo el lugar: como cultivos en terrazas en el sector de Zurrabeh, creadas para luchar contra la erosión del suelo y obtener mayores rendimientos.
Desde el abandono del asentamiento, la falta de mantenimiento de las instalaciones de agua provocó la destrucción de la mayor parte de los diques y presas. Sólo unos pocos vestigios son todavía visibles, como las obras dedicadas a la distribución del agua en el lugar denominado "Jardín Romano".
Actualmente, los rebaños de cabras se ven por todo el asentamiento de Petra. Su domesticación ha quedado demostrada desde el Neolítico.

Gran Muralla China

Historia
La muralla tiene sus orígenes en secciones que se construyeron en determinadas zonas estratégicas durante el periodo de los Reinos Combatientes (480-221 a. C.). Más tarde, durante el reinado del Primer Emperador de la dinastía Ch'in, de corta duración, se unificaron estas secciones para formar una sola muralla. Así, no se construyó toda de una vez, sino más bien por partes que se han ido uniendo a través de un período de aproximadamente mil años. Alcanzó su mayor extensión bajo la dinastía Ming.
La dinastía Qin del 221 a. C. al 206 a. C. [editar]
El primer emperador de China, Qin Shi Huangdi, inició la construcción de la Gran Muralla, con el fin de proteger su recién formado imperio de los ataques de los nómadas. A partir de esta dinastía, el país se llamó China o país de los Qin.

La renovación de la dinastía Han entre 206 a. C. y 9 d. C. [editar]
Con la llegada de los Han, el imperio se expandió hacia el oeste y se restauró lo que quedaba de la muralla, además de extenderla a través del Desierto de Gobi. Se colocaron torres de vigilancia que se comunicaban entre ellas con señales de humo para informar de posibles invasiones.

La renovación por la Dinastía Ming desde 1280 hasta 1644 [editar]
Fueron los que más ampliaron la muralla. La gran muralla de la dinastía Ming se inicia en el extremo este, en el paso de Shanghai (山海关 shān hǎi guān), Qinhuangdao, en Hebei, provincia cercana al golfo de Bohai. Atraviesa nueve provincias 100 condados, para terminar en el extremo oeste en el paso de Jiayu (嘉峪关 jiā yù guān), en la provincia de Gansu, al noroeste. El paso de Jiayu era la puerta para la ruta de la seda. Si bien la muralla termina en el paso de Jiayu, a partir de allí siguen torres de vigilancia (烽火台 fēng huǒ tái) por toda la ruta de la seda.
Una vez, los manchúes cruzaron la muralla convenciendo al general Wu Sangui para que les dejara atravesar en el paso de Shanghai. La leyenda dice que las tropas tardaron tres días en pasar. Una vez conquistada China, la muralla dejó de tener utilidad estratégica, dado que aquellos de quienes se quería proteger a China eran ahora los gobernantes, convirtiéndose en la Dinastía Qing.
Durante su construcción los obreros estaban a merced de bandas de asaltantes y muchos murieron en esa construcción, de manera que la muralla es a veces llamada el cementerio más largo del mundo.

Reconocimiento desde el espacio
El libro de Richard Halliburton, Second Book of Marvels, publicado en 1938, afirmaba que la Gran Muralla China es la única construcción humana visible desde la Luna, y la publicación de Ripley Aunque usted no lo crea de la misma década, aseguraba algo parecido. Esta creencia ha persistido, y ha adquirido un estatus de leyenda urbana, e incluso se ha incluido en libros escolares. Arthur Waldron, autor de la historia más fiable de la Gran Muralla, ha especulado que la creencia puede provenir de la fascinación con los "canales" que se creía que existían en Marte. La lógica era simple: si los terrícolas podían ver los canales de Marte, entonces los marcianos podrían ver la Gran Muralla.De hecho, la Gran Muralla tiene únicamente pocos metros de ancho -de un tamaño aproximado al de las pistas de carreteras y aeropuertos- y es casi del mismo color que el suelo que la rodea. No es posible verla desde la distancia de la Luna, y mucho menos desde Marte. Si la Gran Muralla fuera visible desde la Luna, sería fácil verla desde la órbita terrestre, pero desde ahí es apenas visible y únicamente bajo condiciones climáticas perfectas. No es más visible que otras construcciones humanas.
El Astronauta William Pogue pensó que la había visto desde el Skylab, pero descubrió que de hecho miraba al Gran Canal de China, cerca de Beijing. Pudo ver la Gran Muralla con binoculares, y concluyó que "no era visible a simple vista". El senador Jake Garn afirmó que pudo ver la Gran Muralla sin ayuda de binoculares desde la órbita de un transbordador espacial en los 80, pero su afirmación ha sido puesta en duda por varios astronautas norteamericanos. El astronauta chino Yang Liwei dijo que no pudo verla en absoluto.
Neil Armstrong afirmó: "No creo que, por lo menos con mis ojos, hubiera alguna construcción humana visible para mí. No he conocido a nadie que me haya dicho que han visto la Muralla China desde la órbita terrestre. Le he preguntado a mucha gente, particularmente a gente del transbordador, que han orbitado varias veces sobre China durante el día, y aquellos con los que he hablado no la han visto".

Machu Picchu


Machu Picchu (del quechua Machu, vieja, y Picchu Montaña, es decir, "Montaña Vieja") es el nombre contemporáneo que se da a una llaqta (antiguo poblado andino inca) de piedra construida principalmente a mediados del siglo XV en el promontorio rocoso que une las montañas Machu Picchu y Huayna Picchu en la vertiente oriental de los Andes Centrales, al sur del Perú. Su nombre original habría sido Picchu o Picho.[1]
Según documentos de mediados del siglo XVI,[2] Machu Picchu habría sido una de las residencias de descanso de Pachacútec (primer emperador inca, 1438-1470). Sin embargo, algunas de sus mejores construcciones y el evidente carácter ceremonial de la principal vía de acceso a la llaqta demostrarían que ésta fue usada como santuario religioso.[3] Ambos usos, el de palacio y santuario, no habrían sido incompatibles. Algunos expertos parecen haber descartado, en cambio, un supuesto carácter militar, por lo que los populares calificativos de "fortaleza" o "ciudadela" podrían haber sido superados.[4]
Machu Picchu es considerada al mismo tiempo una obra maestra de la arquitectura y la ingeniería.[5] Sus peculiares características arquitectónicas y paisajísticas, y el velo de misterio que ha tejido a su alrededor buena parte de la literatura publicada sobre el sitio, lo han convertido en uno de los destinos turísticos más populares del planeta.[6]
Machu Picchu está en la Lista del Patrimonio de la humanidad de la UNESCO desde 1983, como parte de todo un conjunto cultural y ecológico conocido bajo el nombre de Santuario Histórico de Machu Picchu.
El 7 de julio de 2007 Machu Picchu fue elegida como una de las nuevas maravillas del mundo en una ceremonia realizada en Lisboa, Portugal.
Alrededores y caminos incas
Machu Picchu, como parte integrante de una región de gran movimiento económico en tiempos de Pachacutec, estaba integrado a la red de caminos incas del Imperio. Usando estas vías se puede, hasta hoy, acceder a otros complejos incas cercanos que revisten gran interés. Al norte, por las bifurcaciones del camino de Huayna Picchu se puede llegar al llamado Templo de la Luna o a la cima de la montaña donde hay construcciones incas. Al oeste está el camino que lleva a Intipata y pasa por el famoso "puente removible". Otro camino, por el que ascendió Agustín Lizárraga, lleva hasta el río y a San Miguel.
Al sur, sin embargo, se encuentra la ruta más conocida y la principal de todas, que es la ruta de trekking más popular del Perú. El Camino Inca a Machu Picchu es un recorrido de entre 3 y 4 días que atraviesa lo que a fines del siglo XV fue la principal ruta de acceso a Machu Picchu, que empezaba en el Complejo de Llactapata y pasaba por los centros ceremoniales de Sayacmarca, Phuyupatamarca y Wiñay Wayna, para terminar en el "tambo" de Intipunku, la "garita" de ingreso a los dominios de Machu Picchu y punto final del recorrido.
Miscelánea

Hiram Bingham se llevó 5.000 piezas arqueológicas a la Universidad de Yale, producto de las excavaciones en Machu Picchu. Durante mucho tiempo fueron reclamadas por el gobierno peruano hasta que en el 2007 se llegó a un acuerdo. Se espera su devolución a finales del 2009.
En mayo de 2005, la antigua ciudad jordana de Petra se "hermana" con la de Machu Picchu.
Gloria Estefan grabó en esta construcción inca el videoclip de su canción "Hoy" compuesta por el peruano Gian Marco.El grupo musical chileno los jaivas inmortaliza el poema de Pablo Neruda Alturas de Machu Pichu filmando un clip de la canción en Machu Picchu en el año 1980.

Cristo Redentor (Río de Janeiro)

La estatua de Cristo Redentor está situada a 709 metros sobre el nivel del mar, y se localiza en la ciudad de Río de Janeiro, en la cima del Cerro del Corcovado. Tiene una altura total de 38 m, pero 8 m pertenecen al pedestal. Fue inaugurado el 12 de octubre de 1931, después de cerca de cinco años de obras.
La construcción de un monumento religioso en la ciudad fue sugerido por primera vez en 1859, por el padre Pedro Maria Boss y la Princesa Isabel. Se retomó la idea en 1921, cuando se aproximaba la conmemoración por el centenario de la Independencia.
La primera piedra de la estatua fue colocada el 4 de abril de 1922 y las obras fueron iniciadas en 1926. Entre otras personas que colaboraron para la realización pueden ser citados los ingenieros Heitor da Silva Costa (autor del proyecto), el artista plástico Carlos Oswald (autor del diseño final del monumento) y el escultor francés Paul Landowski (ejecutor de la escultura).
La construcción de cemento armado, de más de 1.000 toneladas, combina ingeniería, arquitectura y escultura, y tiene entre sus logros el hecho de que nadie muriera en accidente durante las obras, algo que no era normal en la época y con proyectos de esa dimensión. Por las condiciones de construcción, sobre una base en la que casi ni cabía el andamio, con fuertes vientos, y la estructura de la estatua, cuyos brazos se extienden hacia el vacío y la cabeza queda inclinada en un desafío a la ingeniería, Levy calificó la obra de "hercúlea".
En la ceremonia de inauguración estaba previsto que la iluminación del monumento fuera accionada desde la ciudad italiana de Nápoles, donde el científico italiano Guillermo Marconi emitiría una señal eléctrica que sería retransmitida por una antena situada en el barrio carioca de Jacarepaguá, vía una estación receptora localizada en Dorchester, Inglaterra. Sin embargo, el mal tiempo imposibilitó la hazaña y la iluminación fue finalmente accionada directamente desde el local.El sistema de iluminación fue sustituido dos veces: en 1932 y en 2000. Restaurado en 1980, con motivo de la visita del papa Juan Pablo II, y nuevamente en 1990. En 2003 fue inaugurado un sistema de escaleras mecánicas para facilitar el acceso a la plataforma donde se eleva la estatua.
Conocido como símbolo no solo de la ciudad de Río de Janeiro, sino también de Brasil, la estatua de Cristo Redentor es captada por las lentes de dos millones de turistas que contemplan y trasforman este punto turístico en una verdadera “torre de Babel”.

Chichén Itzá


Chichén Itzá es uno de los principales sitios arqueológicos vestigio de una de las civilizaciones prehispánicas más importantes: la cultura maya, aunque al pertenecer a la época de declive de la misma no se puede considerar como uno de sus máximos exponentes (por ejemplo no hay muestras de escritura maya en Chichén Itzá y la arquitectura es más propia del valle de México que de la cultura maya). Se localiza en Yucatán, México. Su nombre deriva de las palabras mayas: Chi (Boca), Chen (Pozo) e Itzá (itzáes significa brujos de agua), al unir las palabras se obtiene la boca del pozo de los Itzá. "En la orilla del Pozo de los brujos de agua"[1] o bien Chichén Itzá Huasteco Ch'iich'en (en estado/apariencia de pájaro), Huasteco Itzam' (Serpiente) Serpiente Emplumada[2] es el nombre del que fue uno de los principales asentamientos de los mayas durante el período Posclásico en la Península de Yucatán. Se localiza al sureste de Mérida, capital del estado mexicano de Yucatán.
El yacimiento arqueológico de Chichén Itzá es patrimonio de la nación mexicana y propiedad de la Federación. El mantenimiento de los monumentos y la administración de la zona son facultad del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). A pesar de ello, los terrenos que ocupa la zona arqueológica son propiedad privada, como muchos de los monumentos considerados patrimonio nacional en México.[3] El Templo de los Guerreros, El Observatorio, El Cenote Sagrado, El Juego de Pelota, son sólo parte de la grandeza de esta civilización y antigua metrópoli Maya.
Historia [editar]

Templo de los Guerreros y de las 1000 Columnas.

Caracol.
Hacia el final del Clásico tardío (600-900 d. C. siglo IX) , Chichén se convirtió en uno de los más importantes centros políticos de las tierras bajas del Mayab. Para el principio del Posclásico (desde el año 900 hasta el 1527), la ciudad se había consolidado como principal centro de poder en la península yucateca. Las edificaciones de Chichén Itzá muestran un gran número de elementos arquitectónicos e iconográficos que algunos historiadores han querido llamar mexicanizados[4] mezclados con reminiscencias del estilo Puuc de la arquitectura clásica maya. La presencia de estos elementos procedentes de las culturas del Altiplano Central fueron concebidas hasta hace algunos años como producto de una migración masiva o conquista de la ciudad maya por parte de grupos toltecas. Sin embargo, estudios más recientes[5] sugieren que pudieron haber sido la expresión cultural de un sistema político muy extendido y prestigioso durante el Posclásico temprano en toda Mesoamérica.
De acuerdo con la evidencia disponible, es posible que muchas de las construcciones principales de la ciudad fueran incendiadas hacia el final del siglo XIII. Por lo tanto, se puede decir que el declive de Chichén Itzá se dio en un contexto de violencia, que conllevó a la pérdida de la hegemonía en el Mayab. En el año 987 d.C. se formó la Liga de Mayapán, que fue una unión de casas sacerdotales de la península, entre las más importantes, estaban: Uxmal, Mayapán y Chichén Itzá, sin embargo esta liga fue destruida debido a la declaración de guerra realizada por Hunac Ceel, quién se proclamó Halach Uinik de Mayapán, originando así la huída de los itzáes al Petén guatemalteco en el año 1194 d.C.
Guerreros, sacerdotes y comerciantes constituían la élite gobernante en Chichén Itzá. Introdujeron el culto al dios Kukulcán, el equivalente al Quetzalcóatl (serpiente emplumada) del Altiplano. Levantaron construcciones con taludes y muros verticales y representaciones del dios pájaro-serpiente. El militarismo fue el fundamento indudable de esta cultura. Esto se hace evidente en el monumento llamado Plataforma de las Calaveras donde exhibían, clavados en estacas, los cráneos de cientos de enemigos.
Hacia el año 325, la ciudad, que en un principio fue un pequeño poblado de chozas, madera y paja, floreció y sus habitantes comenzaron a erigir edificaciones monumentales cerca del cenote llamado Xtoloc. Al parecer, creció de manera dispersa en los primeros tiempos, para posteriormente ser diseñada cuidadosamente dejando grandes espacios entre los templos. Las distancias entre los edificios se cubrían de amplias calzadas o vías principales, elevadas sobre el suelo, llamadas Sacbés (caminos blancos, en maya).
Los monumentales edificios de la Gran Explanada de Chichén Itzá están presididos por la Pirámide de Kukulcán, uno de los edificios más altos y notables de la arquitectura maya. Es una pirámide de cuatro lados que culmina en un templo rectangular. Se asienta sobre una plataforma rectangular de 55.5 metros de ancho y tiene una altura de 24 metros. Cada lado de la pirámide tiene una gran escalinata que conduce al templo superior. Balaustradas de piedra flanquean cada escalera, y en la base de la escalinata norte se asientan dos colosales cabezas de serpientes emplumadas, efigies del dios Kukulcán.
En 1900 Edward Thompson adquiró la Hacienda de Chichén-Itzá que en su momento identificó la zona y realizó algunos estudios y al mismo tiempo saqueó objetos encontrados en sus exploraciones que posteriormente fueron entregados. Los europeos Francisco de Montejo y Landa realizaron las primeras visitas a la zona y dieron cuenta de la existencia de la ciudad.

Coliseo de Roma



El Coliseo (Colosseum en latín), originalmente denominado Anfiteatro Flavio (Amphitheatrum Flavium), es un gran edificio situado en el centro de la ciudad de Roma. En la antigüedad poseía un aforo para 50000 espectadores, con ochenta filas de gradas. Los que estaban cerca de la arena eran el Emperador y los senadores, y a medida que se ascendía se situaban los estratos inferiores de la sociedad. En el Coliseo tenían lugar luchas de gladiadores y espectáculos públicos. Se construyó justo al Este del Foro Romano, y las obras empezaron entre el 70 d. C. y el 72 d.C, bajo mandato del emperador Vespasiano. El anfiteatro, que era el más grande jamás construido en el Imperio Romano, se completó en el 80 d. C. por el emperador Tito, y fue modificado durante el reinado de Domiciano.[1]
El Coliseo se usó durante casi 500 años, celebrándose los últimos juegos de la historia en el siglo VI, bastante más tarde de la tradicional fecha de la caída del Imperio Romano de Occidente en el 476 d. C. Así como las peleas de gladiadores, muchos otros espectáculos públicos tenían lugar aquí, como naumaquias, caza de animales, ejecuciones, recreaciones de famosas batallas, y obras de teatro basadas en la mitología clásica. El edificio dejó de ser usado para estos propósitos en la Alta Edad Media. Más tarde, fue reutilizado como refugio, fábrica, sede de una orden religiosa, fortaleza, cantera y santuario cristiano.
Aunque la estructura está seriamente dañada debido a los terremotos y los picapedreros, el Coliseo siempre ha sido visto como un icono de la Roma Imperial y es uno de los ejemplos mejor conservados de la arquitectura romana. Es una de las atracciones turísticas más populares de la moderna Roma y aún está muy ligado a la Iglesia Católica Romana, por lo que el Papa encabeza el viacrucis hasta el anfiteatro cada Viernes Santo.





Historia


En la Roma Clásica


En 29 a. C. el cónsul romano Estatilio Tauro construyó un anfiteatro en el Campo de Marte. Esta construcción, casi por completo de madera, fue el primer anfiteatro de gran tamaño de la ciudad, y contaba con todas las instalaciones necesarias. Este edificio quedó destruido en el incendio de Roma del año 64, surgiendo la necesidad de un nuevo anfiteatro para la urbe romana.
La construcción del Coliseo empezó bajo el mandato del emperador Vespasiano, entre el 70 y 72 d. C. El emplazamiento elegido era un área llana de un valle entre las colinas de Celio, Esquilino y Palatino, a través del cual fluía una corriente canalizada. El emplazamiento donde se contruyó el anfiteatro fue devastada, años antes de su construcción, por el Gran Incendio de Roma en el 64 d. C., y aprovechando esto Nerón se apropió de gran parte del terreno como dominio personal. En aquel lugar construyó la grandiosa Domus Aurea, en frente de la cual se extendía un lago artificial rodeado de jardines y pórticos. El ya existente acueducto de Aqua Claudia se amplió para que llegara hasta esa zona, y la gigante estatua de bronce conocida como el Coloso de Nerón se colocó al lado de la entrada de la Domus Aurea. De esta estatua recibe el anfiteatro el nombre de coliseo.[2]
El área se transformó durante el reinado de Vespasiano y sus sucesores. Aunque el Coloso se conservó, se derribó buena parte de la Domus Aurea. El lago se rellenó y la tierra se reutilizó como emplazamiento para el nuevo Anfiteatro Flavio. Se construyeron escuelas de gladiadores y otros edificios relacionados en los alrededores, donde anteriormente se encontraba la Domus Aurea. Según una inscripción reconstruida se encontró en el lugar, el emperador Vespasiano ordenó que este nuevo anfiteatro se erigiera usando su parte del botín como general. Esto puede referirse al gran tesoro que robaron los romanos tras su victoria en la Gran Rebelión Judía del 70 d. C. El Coliseo puede así ser interpretado como uno gran monumento triunfal, siguiendo la tradición de celebrar las grandes victorias.[2] La decisión de Vespasiano de construir el Coliseo en el emplazamiento del lago de Nerón puede ser vista como un gesto popular para devolver a la gente un área de la ciudad de la que Nerón se había apropiado para uso exclusivo. Al contrario que muchos otros anfiteatros, que se situaban a las afueras de la ciudad como el Anfiteatro Castrense, el Coliseo estaba construido justo en el centro de la urbe; situándolo literal y simbólicamente en el corazón de Roma.
El Coliseo albergó espectáculos como las venationes (peleas de animales) o los noxii (ejecuciones de prisioneros por animales), así como las munera: peleas de gladiadores. Se calcula que en estos juegos murieron entre 500.000 y 1.000.000 de personas. Asimismo, se celebraban naumachiae, espectaculares batallas navales que requerían inundar la arena de agua. Es probable que fueran en los primeros años, antes de construirse los sótanos bajo la arena. El Coliseo poseía un avanzado sistema de canalización de agua que permitía llenar y vaciar rápidamente el piso inferior.
Se desconoce la identidad del arquitecto del edificio, como ocurría en general con la mayoría de las obras romanas: las edificaciones públicas se erigían para mayor gloria de los emperadores. A lo largo de los años se han barajado los nombres de Rabirio, Severo, Gaudencio o incluso Apolodoro de Damasco, aunque se sabe que este último llegó a Roma en el año 105.
Cuando Vespasiano murió en el 79, el Coliseo ya estaba completo hasta el tercer piso. Su hijo Tito terminó el nivel superior e inauguró el edificio en el 80.[1] Dión Casio dice que se mató a más de 9000 animales savajes durante los juegos inaugurales del anfiteatro. Más adelante se remodeló el edificio bajo el mandato del hijo pequeño de Vespasiano, el recientemente nombrado emperador Domiciano, quien construyó el hipogeo, una serie de túneles subterráneos que se usaban para alojar animales y esclavos. También añadió una galería en la parte superior del Coliseo para aumentar su aforo.
En el 217, el Coliseo fue gravemente dañado por un gran incendio (causado por una tormenta eléctrica, según Dión Casio)[3] que destruyó el suelo de madera en el interior del anfiteatro. No se reparó del todo hasta el 240 y se siguió remodelando en el 250 o 252, y de nuevo en el 320. Una inscripción recoge que varias partes del Coliseo fueron restauradas por Teodosio II y Valentiniano III (que reinaron del 425 al 450), posiblemente para reparar los daños que causó un terremoto en el 443; y se realizaron más obras en el 484 y 508. La arena se seguía usando para competiciones hasta bien entrado el siglo VI, registrándose la última pelea de gladiadores de la historia cerca del 435. La caza de animales continuó por lo menos hasta el año 523.[2]








En la Edad Media


El Coliseo experimentó grandes cambios en su uso durante el periodo medieval. A finales del siglo VI se construyó una pequeña iglesia dentro de la estructura del anfiteatro, aunque aparentemente no le dio un significado religioso al edificio entero. La arena se transformó en un cementerio. Los numerosos espacios entre las arcadas y bajo los asientos se convirtieron en fábricas y refugios, y según las fuentes se alquilaron hasta el siglo XII.
Durante el papado de Gregorio I Magno muchos de los monumentos antiguos pasaron a manos de la Iglesia, que era la única autoridad efectiva. Sin embargo carecía de recursos para mantenerlos, por lo que cayeron en el abandono y el expolio. En la Edad Media, la decadencia de la ciudad afectó a todos los monumentos imperiales. Los terremotos de 801 y 847 provocaron grandes destrozos en un edificio prácticamente abandonado en las afueras de la ciudad medieval.
Cuando en 1084 el papa Gregorio VII fue expulsado de la ciudad, muchos monumentos cayeron en manos de familias nobles romanas, que los usaron como fortalezas. Alrededor del 1200 la familia Frangipani se apropió del Coliseo y lo fortificó, usánsolo de forma parecida a un castillo y convirtiéndolo en su área de influencia. El Coliseo fue cambiando de manos hasta 1312, en que volvió a la Iglesia.
El gran terremoto de 1349 dañó severamente la estructura del Coliseo, haciendo que el lado externo sur se derrumbase. Muchas de esas piedras desprendidas fueron reutilizadas para construir palacios, iglesias, hospitales y otros edificios en toda Roma. Una orden religiosa se asentó en el tercio norte del Coliseo y siguió habitándolo hasta principios del siglo XIX. Las piedra del interior del antiteatro fue picada en exceso, para reutilizarla en otra parte o (en caso de la fachada de mármol) quemarla para obtener cal viva.[2] Las abrazaderas de bronce que sostenían la mampostería fueron arrancadas de las paredes, dejando numerosas marcas. Aún hoy pueden observarse dichas cicatrices en el edificio.

En la Edad Moderna


A lo largo de los siglos XV y XVI, el travertino que lo recubría fue arrancado para reutilizarlo en otras construcciones. Entre otras, se utilizó para el Palacio Barberini y para el Puerto de Ripetta. Un conocido dicho latino reza Quod non fecerunt Barbari, fecerunt Barberini (lo que no se atrevieron a hacer los bárbaros, lo hicieron los Barberini). También se utilizó para quemarlo y obtener cal. El expolio de piedras continuó hasta 1749, en que Benedicto XIV consagró el monumento como lugar santo en memoria de los mártires allí ejecutados (si bien se cree que la mayoría de éstos fueron martirizados en el Circo Máximo). Una de las últimas barbaridades que sufrió el Coliseo fue ser objeto de simbolizar el borrador de la historia de Italia por parte de los militares. La parte del edificio que falta en la primera foto fue una bomba caída en el mismo durante la Segunda Guerra Mundial.
En el siglo XIX, por el contrario, comenzaron una serie de obras para estabilizar muchos monumentos antiguos. En 1820 se terminaron varios contrafuertes que son claramente distinguibles hoy día, y sin los cuales el edificio probablemente se habría derrumbado. Durante todo el siglo se sucedieron obras de consolidación y mejora, en un proceso que aún continúa.

En la actualidad [editar]
El Coliseo es sin duda uno de los grandes atractivos turísticos de Roma. Ha sido llevado al cine en múltiples ocasiones, destacando la increíble reconstrucción digital que podemos ver en Gladiator.
En 1980, la UNESCO declaró el centro histórico de Roma, incluido el Coliseo, Patrimonio de la Humanidad.[4] Desde 2000, las autoridades mantienen el edificio iluminado durante 48 horas cada vez que en algún lugar del mundo se le conmuta o aplaza una sentencia de muerte a un condenado.
Este monumento de la Roma Clásica ha sido designado una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo, según la designación honorífica realizada en Lisboa, el 7 de julio de 2007, en el marco del concurso New 7 Wonders, organizado por el suizo Bernard Weber, del cual la UNESCO se ha desmarcado completamente.





La arena y el hipogeo
El hipogeo al aire libre
El terreno de juego propiamente dicho era un óvalo de 75 por 44 metros, y en realidad era una plataforma construida en madera y cubierta de arena. Todo el subsuelo era un complejo de túneles y mazmorras (el hipogeo) en el que se alojaba a los gladiadores, a los condenados y a los animales. El suelo disponía de varias trampillas y montacargas que comunicaban con el sótano y que podían ser usadas durante el espectáculo.
El plano de la arena tenía un completo sistema de drenaje, conectado a cuatro imponentes cloacas. Se ha sugerido que obedecen a la necesidad de evacuar el agua tras los espectáculos navales. Sin embargo parece ser que ya Domiciano, abandonando la idea de la naumaquia, pavimentó las cloacas y colocó en la arena los montacargas para los combates de gladiadores. La cubierta de madera ya no se conserva, con lo que todo el laberinto subterráneo permanece hoy al aire libre.





La estructura
Sección por la cávea
El Coliseo romano fue la obra más grandiosa de la arquitectura romana, y en él se utilizaron las más variadas técnicas de construcción. Las pilastras y los arcos son de travertino colocado sin argamasa. En las partes inferiores y en los sótanos se empleó la toba del mismo modo. Muchos de estos sillares iban sujetos con grapas metálicas. Las bóvedas que sostienen la cávea se hicieron vertiendo argamasa de cemento directamente sobre cimbras de madera, una innovación que aligeraba la fábrica.
El hecho de que el edificio se ubicase sobre una laguna obligó a excavar hasta 14 metros de limos inservibles y realizar una cimentación de casi 13 metros de opus cementicium (hiladas de argamasa de cal y piedras alternadas).





La cávea


El amplio graderío interior estaba diferenciado en gradus, pisos reservados para las diferentes clases sociales:
En el podium,el primero de ellos, se sentaban los romanos más ilustres: los senadores, magistrados, sacerdotes y quizá las vestales. En ambos extremos del eje menor había sendos palcos: la tribuna imperial (pulvinar), y otra reservada para el magistrado que en ocasiones presidía los juegos. Dado que este piso era el más próximo a las fieras, había una red metálica de protección y arqueros apostados regularmente.
El maenianum primum, para los aristócratas que no pertenecían al senado,
El maenianum secundum, dividido en el imum para los ciudadanos ricos y el summum para los pobres.
En lo más alto estaba el maenianum summum in ligneis, hecho de madera, probablemente sin asientos y reservado para mujeres pobres.
Además, algunos órdenes sociales, como los tribunos, sacerdotes o la milicia, tenían sectores reservados.
El acceso desde los pasillos internos hasta las gradas se producía a través de los vomitorios, llamados así porque permitían salir una enorme cantidad de gente en poco tiempo. Estaba tan bien diseñado que los 50.000 espectadores podían ser evacuados en un poco más que cinco minutos.





La fachada
Fachada exterior
La fachada se articula en cuatro órdenes, cuyas alturas no se corresponden con los pisos interiores. Los tres órdenes inferiores los forman 80 arcos sobre pilastras, y con semicolumnas adosadas que soportan un entablamento puramente decorativo. El cuarto lo forma una pared ciega, con pilastras adosadas, y ventanas en uno de cada dos vanos.
Los órdenes de cada piso son sucesivamente toscano, jónico y corintio. El último piso tiene un estilo indefinido que fue catalogado en el siglo XVI como compuesto. Era corriente superponer estilos diferentes en pisos sucesivos, pero no era habitual hacer edificios con cuatro órdenes superpuestos. Las comunicaciones entre cada piso se realizaban a través de escaleras y galerías concéntricas.


El velario


El Coliseo contaba con una cubierta de tela desplegable accionada mediante poleas. Esta cubierta, hecha primero con tela de vela y luego sustituida por lino (más ligero), se apoyaba en un entramado de cuerdas del que poco se sabe. Cada sector de tela podía moverse por separado de los de alrededor, y eran accionados por un destacamento de marineros de la flota romana.
En la parte superior de la fachada se han identificado los huecos en los que se colocaban los 250 mástiles de madera que soportaban los cables. Al parecer las cuerdas se anclaban en el suelo, pues de otro modo los mástiles soportarían demasiado peso. A tal efecto había un anillo concéntrico de piedras o cipos situados a 18 metros de la fachada en la explanada exterior, y que también permitían el control del público para evitar aglomeraciones. La franja entre la fachada y los cipos estaba pavimentada con travertino.

Usos del edificio [editar]
El Coliseo se usaba para peleas de gladiadores así como una gran variedad de eventos. Los espectáculos, llamados munera, siempre eran patrocinados por ciudadanos en vez de por el Estado. Tenían un fuerte elemento religioso pero también eran una demostración de poder e influencia familiar, y resultaron ser increíblemente populares en la plebe. Otro espectáculo popular era la caza de animales, o venatio. En ella se usaban una gran variedad de bestias salvajes, la mayoría importadas de África, e incluían rinocerontes, hipopótamos, elefantes, jirafas, leones, panteras, leopardos, cocodrilos y avestruces. Las batallas y la caza se representaban en escenarios con árboles y edificios movibles. Estos eventos se celebraban a veces a una gran escala; se dice que Trajano celebró sus victorias en Dacia en el 107 con juegos que incluyeron a 11000 animales y 10000 gladiadores, desarrollándose durante 123 días.

Pollice Verso ("Pulgares abajo") de Jean-Léon Gérôme, 1872
Durante los primeros días del Coliseo, los escritores clásicos decían que el edificio se usaba para naumachiae (más conocidas como navalia proelia) o simulaciones de batallas navales. Las fuentes que nos cuentan los juegos inaugurales que hizo Tito en el 80 describen que el piso inferior se llenaba de agua para mostrar a caballos y toros previamente entrenados nadando. También nos cuentan una recreación de una famosa batalla naval entre los griegos de Corfú y los corintios. Esto ha sido objeto de debate para los historiadores, ya que, aunque llenar el edificio de agua no hubiera presentado problemas, no está claro cómo podían haber hecho que la arena fuese impermeable, ni si hubiera habido espacio sufiente para que los barcos de guerra se moviesen. Se ha sugerido que las fuentes hablaban de otro lugar, o que el Coliseo tenía en sus orígenes un ancho canal inundable que iba hasta su eje central, y que posteriormente habría sido sustituido por el hipogeo.[2]
El poeta Marcial también se hizo eco de dichos juegos inaugurales, y más concretamente, nos describe una lucha de gladiadores que pasaría a la historia, la de Vero y Prisco. Ambos lucharon hasta la extenuación ante el emperador Tito, sin que ninguno de los dos llegara a imponerse sobre el otro. Tal empeño y capacidad de resistencia fue recompensado con el clamor popular, que llevó al César a perdonarles. Tan excepcional fue este hecho que Marcial lo recogió en su obra Liber spectaculorum.
También se hacían sylvae o recreaciones de paisajes naturales en la arena. Pintores, técnicos y arquitectos construían una simulación de un bosque con árboles y arbustos reales que se plantaban en el suelo de la arena. Ponían animales para poblar el paisaje y asombrar a la multitud. Esos escenarios podrían haberse usado simplemente para mostrar un entorno natural a la población urbana, o como telón de fondo para la caza u obras que narraban episodios mitológicos. Ocasionalmente también se usaban para ejecuciones en los que el héroe de la historia -interpretado por el condenado a muerte- era asesinado de manera espantosa pero mitológicamente auténtica, siendo devorado por bestias o quemado hasta la muerte.

Gran pirámide de Giza


La Gran pirámide de Giza (29°58′45″N 31°08′03″E / 29.97917, 31.13417), la más antigua y la única que aún perdura de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo y la mayor de las pirámides, sirvió como tumba o cenotafio al faraón de la cuarta dinastía del antiguo Egipto, Jufu (también conocido por su nombre griego Keops). El arquitecto de la obra fue Hemiunu, un pariente de Jufu.
La fecha estimada de terminación de la Gran Pirámide es c. 2570 a. C. y fue la primera y mayor de las tres grandes pirámides de la Necrópolis de Giza en las afueras de El Cairo en Egipto, y el edificio más alto del mundo hasta bien entrado el siglo XIX, siendo entonces superada sólo por las agujas de la Catedral de Colonia (157 m, construida entre 1248 y 1880), el Monumento Washington (170 m, terminado en 1884) y la Torre Eiffel (300 m, erigida en 1889). Aún hoy es el mayor edificio construido en piedra.

La Gran Pirámide descrita por Heródoto
Heródoto, quien contempló la pirámide hacia el año 450 a. C., comentó que «su tiempo de construcción fue de veinte años». Erigida con unos 2.300.000 bloques de piedra cuyo peso medio es de dos toneladas por bloque, llegando a pesar algunos de ellos hasta las sesenta toneladas. Originalmente recubierta por unos 27.000 bloques de piedra caliza blanca, pulidos, de varias toneladas cada uno; mantuvo este aspecto hasta principios del siglo XIV, cuando un terremoto desprendió parte del revestimiento calizo y posteriormente los turcos otomanos utilizaron dicho revestimiento para la construcción de edificaciones en El Cairo, como la mezquita de Hassán.


El interior de la pirámide
Gran pirámide de Giza
La pirámide se compone de tres cámaras principales, dos situadas en el interior de la pirámide, actualmente denominadas Cámara del Rey y Cámara de la Reina, y una en el subsuelo, la Cámara subterránea.[1]
A las cámaras se accedía desde el lado norte, por un pasaje descendente, obstruido al final por grandes bloques de granito, que comunicaba con dos pasadizos, uno ascendente, que desemboca en la Gran Galería, y otro descendente, que llega hasta la Cámara subterránea.[1]
La Gran Galería es un gran pasaje ascendente de unos 47 metros de longitud y ocho metros de altura. Las paredes de la Gran Galería son planas hasta una altura de dos metros y, a partir de ahí, escalonadas, conformando una bóveda por aproximación de las hiladas.[1]
La Cámara del Rey está conformada por losas de granito y es de planta rectangular, paredes y techo lisos, sin decoración, y únicamente contiene un sarcófago vacío de granito, sin inscripciones, depositado allí durante la construcción de la pirámide, puesto que es más ancho que los pasadizos; sobre el techo se encuentran las llamadas cámaras de descarga, y la más alta dispone su techo con grandes bloques inclinados, a dos aguas, para desviar la gran presión que ejercen los bloques superiores de la pirámide, evitando que recayese todo el peso sobre la cámara real. Se accede a ella por un pasaje horizontal que parte del final de la Gran Galería.
La Cámara de la Reina, así llamada aunque nunca allí se encontró una reina, está situada casi en el centro de la pirámide; tiene acceso mediante un pasaje horizontal, que comunica con la zona inferior de la Gran Galería, inicialmente oculto por las losas del pavimento. Es de planta rectangular, paredes lisas, sin decoración, con un nicho, y techo inclinado, a dos aguas.
La Cámara subterránea, excavada en el subsuelo, es de planta rectangular, con suelo irregular, paredes y techo planos; contiene dos habitáculos, a modo de sarcófagos, un pozo y una pequeña galería. Se accede a ella por un pasaje descendente, que es prolongación del primer pasillo de la pirámide. También esta comunicado con la Gran Galería mediante un angosto túnel, casi vertical, perforado en los bloques.
Los canales de ventilación: de cada cámara real parten dos angostos conductos inclinados, en las paredes norte y sur, llamados canales de ventilación, pues ese es su uso actual, ventilar mediante impulsores eléctricos; se desconoce su función original pues los de la Cámara de la Reina no comunicaban con el interior en su último tramo, ya que estaban tapados por las grandes losas graníticas del revestimiento de los muros. Los de la Cámara Rey fueron descubiertos por R. Howard Vyse, y los de la Cámara de la Reina por W. Dixon.


Cámaras y pasajes interiores
Acceso original, en la cara Norte, actualmente obstruido
Acceso actual, ordenado abrir por Al-Mamun
Bloques de granito, sellando el acceso al pasaje superior
Cámara subterránea
Pasaje perforado que comunica la Gran Galería y la Cámara subterránea
Acceso a la Gran Galería
Cámara de la Reina
Gran Galería
Antecámara
Cámara del Rey
Cámaras de descarga
Canales de ventilación