miércoles, 17 de septiembre de 2008

Petra



Petra es un importante enclave arqueológico en Jordania, y la capital del antiguo reino nabateo. El nombre de Petra significa piedra en griego.
El asentamiento de Petra se localiza en un valle angosto, al este del valle de la Aravá que se extiende desde el Mar Muerto hasta el Golfo de Aqaba. Los restos más célebres de Petra son sin duda sus construcciones labradas en la misma roca del valle; en particular, los edificios conocidos como la Khazneh ( la Tesorería ) y el Deir ( el Monasterio ).
Fundada en la antigüedad hacia el final de siglo VII a. de C. por los edomitas, fue ocupada en el siglo VI a. de C. por los nabateos que la hicieron prosperar gracias a su situación en la ruta de las caravanas que llevaban el incienso, las especias y otros productos de lujo entre Egipto, Siria, Arabia y el sur del Mediterráneo.
Hacia el siglo VIII, el cambio de las rutas comerciales y los terremotos sufridos, condujeron al abandono de la ciudad por sus habitantes. Cayó en el olvido en la era moderna, y el lugar fue redescubierto para el mundo occidental por un explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt en 1812.
Numerosos edificios cuyas fachadas están directamente esculpidas en la roca, forman un conjunto monumental único que a partir del 6 de diciembre de 1985, está inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. La zona que rodea el lugar es también, desde 1993, Parque Nacional arqueológico.




Petra se encuentra a mitad de camino entre el Golfo de Aqaba y el Mar Muerto a una altitud de 800 a 1396 metros sobre el nivel del mar en un valle de la región montañosa de Edom, al este del valle del Arabah. Hoy, Petra está alrededor de 200 km al sur de la capital jordana Amman, aproximadamente a 3 horas en coche
La situación de Petra, escondida entre rocas abruptas y empinadas tiene un suministro seguro de agua, lo que hace que sea un lugar propicio para el desarrollo de una próspera ciudad. El lugar es accesible sólo por un estrecho sendero de montaña por el noroeste, o al este a través de un cañón de aproximadamente 1,5 km de longitud y hasta 200 metros de altura, el Sîq, el acceso principal, que en su lugar más estrecho, mide apenas dos metros de ancho.
La presencia de agua y la seguridad proporcionada por el emplazamiento de Petra hizo de ella una parada natural en la intersección de varias rutas de caravanas que conectaban Egipto, Siria y Arabia con el sur del Mediterráneo, cargadas sobre todo con productos de lujo (especias y seda de la India, de marfil de África, perlas del Mar Rojo e incienso del sur de Arabia). La resina de "árbol del incienso" ( Boswellia ) era codiciada en todo el mundo antiguo como una ofrenda religiosa especialmente valiosa, y también como medicamento.
La actividad comercial generada por las caravanas y las tasas percibidas producían importantes beneficios para los nabateos. Como resultado, la ciudad albergó desde el siglo V a. de C. un importante mercado hasta el siglo tercero.


Agricultura y Ganadería

Cuando la ciudad estaba en pleno auge, el agua se utilizaba principalmente para el consumo de personas y ganado y, en una fase posterior, para regar jardines.
Los cereales, como la cebada o el trigo, los árboles frutales y las vides probablemente se cultivaron en Petra. Las prensas que se encontraron excavadas en la roca, datan de la época de la dominación romana que dio al vino gran importancia.
Hoy en día, las técnicas agrícolas que utilizaron son visibles por todo el lugar: como cultivos en terrazas en el sector de Zurrabeh, creadas para luchar contra la erosión del suelo y obtener mayores rendimientos.
Desde el abandono del asentamiento, la falta de mantenimiento de las instalaciones de agua provocó la destrucción de la mayor parte de los diques y presas. Sólo unos pocos vestigios son todavía visibles, como las obras dedicadas a la distribución del agua en el lugar denominado "Jardín Romano".
Actualmente, los rebaños de cabras se ven por todo el asentamiento de Petra. Su domesticación ha quedado demostrada desde el Neolítico.

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